Los objetos y personas nos evocan momentos que son lecciones, muchas veces inesperadas. El día de ayer hablaba con alguien sobre como las personas llegan a significar muchas cosas para nosotros y a veces solo para nosotros. Gabriel García Marques dijo "Puedes ser solamente una persona en el mundo, pero para una persona tú eres el mundo". Nosotros llenamos a objetos y personas de significados y de igual forma los demás lo hacen con nosotros, lo malo es cuando somos incapaces de escapar a esa etiqueta a ese molde.
Yo aún recuerdo al niño que en el kínder me enseño a amarrar mis agujetas, a la chica sorda que me enseño que comunicarse es más que poder escuchar y hablar. La verdad es que estamos rodeados de maestros, algunas lecciones serán gratas y terminaran en un álbum de fotos; otras serán amargas pero no por ello menos valiosas.
Ese día yo aprendí a dejar que las cosas pasen, que lo impredecible también es bello, la vida no es estática, un proverbio chino dice "Un viaje de diez mil kilómetros empieza por un solo paso", hay que aprender a tomar el riesgo a no tener miedo de ganar. Estas lecciones ocurren en todo momento, pero no hay que ser ciegos, sordos, ni necios para poder entenderlas.
